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| Marisco variado. Foto cedida por Miguel J. Jordá |
Se sabe que los mariscos ya eran consumidos y muy apreciados en la más remota antigüedad, pues se han encontrado restos de conchas y caparazones, en cuevas de la "Edad de Piedra" a orillas del Mar Rojo, cuya edad supera los 400.000 años.
Fueron los romanos más humildes, quienes inventaron los primeros criaderos de mariscos, ya que antiguamente, por su cercanía a las costas y playas, antaño el marisco era comida de pobres, y hoy comida prohibitiva, lo mismo que le pasó al caviar, o más tarde a las kokotxas.
No debes tirar los caparazones de las gambas, langostas, bogavantes, cangrejos, etc., sino que todavía se puede hacer un excelente provecho de ellos, pues, bien triturados, se vuelven a hervir, se pasan por un tamiz muy fino, se le añade nata líquida y así se consigue una excelente crema de marisco, llamado bisque, unas gotitas de buen Brandy, o una gota de Pernod, o una hojita de hinojo, pueden darle un toque magistral.
Por su alto contenido en colesterol, hasta 180 mg por 100 g, es un alimento prohibido a las personas con este problema, aunque también está comprobado que los "esteroles marinos" que contiene, hace que el colesterol no sea totalmente absorbido, también es rico en sodio, y purinas que se transforman en ácido úrico, por lo que deben eliminarse de la dieta de los hipertensos, o con los gotosos.
El marisco mejora la vista, previene la caída del cabello y por su contenido en flúor hace más resistentes nuestros dientes a los ataques de la caries, también es muy rico en calcio, hierro, cinc, cobre, cromo, sodio, yodo, y selenio, también es rico en vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B12, C y E.
| A la hora de comprar marisco deberemos seguir los siguientes consejos: |
| Consejos para comprar buen marisco 1º.- Que tengan un color vivo, y no apagado. 2º.- Que tengan los ojos brillantes con naturalidad. 3º.- Que tengan olor a mar abierto. 4º.- Que los que tengan branquias, éstas sean rosadas y brillantes. 5º.- Que NO tengan manchas negras, ni en la cabeza, ni en la unión entre cuerpo y cabeza, ni tampoco en la cola. Para hervir mariscos, debemos echarlos en la olla cuando el agua esté hirviendo con una buena cantidad de sal, ya que la carne del marisco toma sólo la que puede, es decir, "no podemos pasarnos de sal", otra cosa son sus jugos, o su caparazón. Para descongelar cualquier tipo de marisco, deberá hacerse dentro de la nevera y no en la temperatura de medio ambiente, ya que las bacterias que suelen tener se multiplican con rapidez y pueden dar pie a algún tipo de intoxicación, por lo que es vital mantener la cadena del frío. Para los mariscos de buen tamaño como, las langostas, centollos, bueyes de mar, se debe calcular unos 14 minutos por kilo, aunque si apagamos el fuego 2 o 3 minutos antes, nos quedarán más sabrosas. El marisco suele hervirse en agua de mar, o salada con sal marina, un diente de ajo y una punta de laurel,... aunque también el eneldo, el hinojo, algo de anís o ajenjo, el vino blanco, la sidra o incluso la cerveza pueden ser excelentes medios de cocción, sólo es cuestión de gustos y de tomarle la justa medida. |
BREVE RESUMEN APROXIMADO DE TIEMPOS DE COCCIÓN En orden alfabético, aunque depende del tamaño, estos son para tamaños medios, a partir de la ebullición. Abulones: Entre 25 y 40 minutos. Almejas: Introducir al hervir el agua, y sacarlos cuando vuelva a hervir. Bogavante: Entre 20 y 25 minutos,... siempre tapando posibles heridas. Buey de mar: Entre 14 y 18 minutos,... siempre tapando posibles heridas. Camarones: Introducir al hervir el agua, y sacarlos cuando vuelva a hervir. Centollo: Entre 20 y 25 minutos,... siempre tapando posibles heridas. Cigalas: Entre 3 y 5 minutos de hervor, sacarlos del agua al estar cocidos. Galeras: Introducir al hervir el agua, y sacarlos cuando vuelva a hervir. Langosta: Entre 20 y 25 minutos,... siempre tapando posibles heridas. Mejillones: Introducir al hervir el agua, y sacarlos cuando vuelva a hervir. Nécoras: Entre 8 y 10 minutos. Ostras: Introducir al hervir el agua, y sacarlos cuando vuelva a hervir. Pulpo: (Si se compra cocido o congelado necesita 1 hora extra de cocción). |
Se dice de ellos que tienen propiedades afrodisíacas, en especial los moluscos duros o bivalvos, como la ostra, la almeja, las chirlas, las navajas, los dátiles de mar, los percebes, los mejillones, etc. El marisco puede provocar alergia, se debe comer siempre muy fresco y con las máximas garantías sanitarias, pues una posible intoxicación de cualquier marisco, puede ser grave. Además es de digestión difícil. La riqueza del marisco en calcio, sodio, cobre y yodo es obvia, pero es que además las gambas, bogavantes, quisquillas y semejantes contienen ínfimas cantidades de arsénico, que en tales dosis son beneficiosas para la salud. Los meses ideales para su consumo en fresco son los que entre sus letras está la “R”. |

Según la tradición andaluza, la tapa surge en el siglo XIX cuando se colocaba una rodaja de embutido bien salado sobre la copa de vino para excitar la sed del parroquiano. Posteriormente, la rodaja pasó a ser un platillo que se llenaba de aceitunas, encurtidos, frutos secos, tasajo, tocino y cuantos tropezones se preparaban en las primitivas tabernas para estimular el consumo de bebidas. Lo cierto es que durante décadas, la tapa andaluza fue basta, por lo común fría y de muy baja calidad.
Los bares de tapas multiplicaron su número, el abundante público se dispuso a disfrutarlas con alborozo; hasta hoy cuando en toda España y muchas de las grandes ciudades europeas las tapas hacen furor, en muchos casos a partir de la instalación de establecimientos de franquicia, es decir, la tapa en serie, siempre igual, y con nula capacidad para sorprender aunque su calidad sea aceptable. Actualmente en Andalucía existen dos maneras distintas de interpretar la tapa: la ofrecida “gratis” como complemento de la bebida y la que se paga aparte. El segundo tipo, que es la norma en Cádiz, Córdoba, Huelva, Málaga y Sevilla, ha sido el adoptado en el resto de España, donde el establecimiento ofrece una amplia lista de sugerencias y el cliente escoge, incluso una tapa diferente para cada uno cuando se acude en grupo. En este modelo, por cada bar donde se disfruta de cocina popular de calidad a precios discretos existen decenas que sirven productos pésimos, a veces congelados, maltratados en la cocina y además, caros. El concepto de tapa “gratuita” es algo propio de Andalucía Oriental. Lo de gratuita es un decir, porque en Jaén, Almería y Granada sobre el precio habitual de la bebida se añade un pequeño suplemento de entre 0,5 y 1 € para compensar el sobrecoste. Tradicionalmente la tapa gratuita está ligada al mando del tabernero, que al servir la bebida solicita a la cocina, ¡una primera!, con la cual comienza el servicio de consumiciones y subsiguientes tapas que, en teoría, se sirven en orden creciente de calidad para mantener al cliente engolosinado con las sucesivas sorpresas. No obstante, conforme ha crecido el gusto popular por el tapeo así como la juventud y el poder adquisitivo de la clientela, el proceso tradicional ha cambiado. De hecho, muchos establecimientos han elaborado una carta de sugerencias que permite escoger a cada parroquiano las tapas gratuitas que quiere degustar. Es decir, se adopta el modelo sevillano que permite elegir al cliente, aunque como la tapa “aparenta ser gratis” y el público cada día las demanda de mayor volumen, la calidad de los géneros ofrecidos se encuentra en franco declive. ¡A pesar de que el procedimiento siga siendo muy alabado por la entusiasta clientela, que cena gratis mientras se toma unas cervezas!

Exquisito manjar casi imposible de degustar en su forma más perfecta. Básicamente en España se comercializan tres tipos de ostras: la plana, que es la buena y con infinito mejor aspecto y sabor que la de roca o portuguesa y la japonesa que los gallegos llaman rizada. Si se preguntan porqué se han introducido estas últimas, de textura, aspecto y sabor menos interesante, la respuesta está relacionada con que la ostra plana tarda un mínimo de 24 meses en llegar del cultivo al mercado y la japonesa no más de un año. Como estas últimas son odiadas por los gallegos, los distribuidores se ocupan de llevarlas a provincias. Además es posible encontrar por estas latitudes ostras planas o europeas de origen griego y turco.
Las cigalas



